jueves, 12 de febrero de 2015

La casa de las normas


He venido a parar a una guesthouse que no está mal. Le faltan un par de detalles, como por ejemplo, un lavabo en el cuarto de baño, o agua caliente en el fregadero. Por lo demás en general bien. Excepto por una cosa...

Su obsesivo dueño.

La casa está llena de normas de arriba a abajo. Sí, estoy hablando de normas escritas. Incluso en mi habitación tengo un "manual" de lo que no puedo, debo o no debo hacer. y luego verás normas pegadas hasta al cerrar la puerta del baño.

Hagamos una pequeña lista de las cosas que se me ocurren en este momento, muchas de ellas obvias:

- El calentador de agua se ha de encender y apagar inmediatamente tras su uso.
- Tras un número 2 (literalmente) hay que tirar de la cadena del váter hasta hasta que no quede nada.
- Los platos de la cocina deben usarse y limpiarse (y colocarse) inmediatamente después de su uso. Nada de media hora después. Ah, por cierto, sería más fácil si hubiese trapos de cocina.
- El televisor debe mantenerse por debajo de 20 en la escala de volumen.
- No abandones la cocina mientras cocinas, no sea que se prenda fuego.
- Se pueden tener visitas de no más de dos horas y no más tarde de las 8 de la noche. Y además si haces ruido, el dueño vendrá a recordártelo. Ruido es hablar y reírte en un volumen estándar.
- No se puede quedar nadie a dormir. Si tienes una visita nocturna sin permiso, te cobrará 3000 yenes (21 euros), y si pides permiso "solo" 1000 Ұ. Y lo sabrá porque tiene cámaras de seguridad instaladas y las revisa a diario, pese a que el movimiento en la casa es bastante nulo.
- Pondrá en un tablón de anuncios que la habitación X tiene visita. Toda una oda a la privacidad.

Otros datos a tener en cuenta:
- Todas las luces de la casa están conectadas a un sensor de movimiento. ¿No te mueves? No hay luz. Así que hay que bailar mientras cortas algo en la cocina o incluso mientras haces un número 2.
- El dueño diluye una botella de detergente en ¿cuatro, cinco? botellas de detergente para extender su uso hasta el punto en el que estás usando agua, no detergente.
- Está obsesionado con el reciclaje. Aquí en Japón esto es más o menos frecuente. Pero este hombre saca las cosas de la basura si no le has quitado la pegatina (de papel) imposible de arrancar al envase de plástico y te la pone de nuevo fuera con un cartelito.
- Es bastante maruja. Parece saber lo que haces, con quién y cuando incluso si no tienes constancia de que debiera saberlo, a pesar de las cámaras de seguridad.
- No pone un paquete de papel higiénico en el baño. Pone 1 rollo y otro "por si", y ya está. Imagino que teme que los robemos.

La verdad es que por la casa en sí no tengo problema alguno. Pero este señor es como una madre elevado al cubo, y si no cumples alguna de las normas, aparecerá inmediatamente de la nada para "comentarte educadamente" que no hiciste esto o aquello.

Imagino que más temprano que tarde igual empiezo a buscarme un apartamento. Ya veremos.

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